La soprano de Normandía ha pasado por el teatro de la zarzuela de Madrid para ofrecernos dos cosas que no siempre van unidas La manera subjetiva de mostrarnos su arte a la hora de cantar y otra, no menos importante que es, en un recital de lied, la sabiduría de escoger el repertorio y la exposición de las cancones. Pues bien, ambas se dieron en el recital del lunes pasado con matrícula de honor.
Es la soprano francesa una soprano lírica versátil, dotada de una bonita voz, no excesivamente caudalosa pero lo suficiente cuando hay que darle intensidad y un registro amplio, donde se le da divinamente bien la mezza voce y el agudo en pianissimo. Su técnica vocal es impecable y la regulación de la respiración adecuadísima a las partituras. Todo ello unido a un exquisito gusto y a una clarísima traducción de los textos, donde se le entendía todo dio un recital que pasó de lo bueno a lo excepcional.
Fueron numerosas las obras que fue desgranando de Liszt, Schubert Ricardo Strauss o Grieg a lado de canciones anónimas o en la segunda parte de Lili Boulanger Poulenc o Milhaud. Supo juntar varias para componer un ciclo de nanas y en otras poder explayarse más. Pero todas siguieron la línea del buen gusto, a lo que ayudo su grata presencia y su sentido del humor como el que debe tenerse en un recital de estas características. Fue una auténtica delicia y plato exquisito que tuvimos la suerte de degustar los espectadores, que aclamamos a la soprano hasta que dio tres obras de propina entre ellas una habanera de Ravel.
Como no podía ser de otra manera estuvo acompañada con atención y máximo cuidado por el pianista Mathew Pordoy al que hizo cómplice en varias de las obras participando en diálogos con el público y en el correspondiente éxito de la noche, que será recordada como optima por los aficionados al lied.
P.D. AL día siguiente toco en el auditorio nacional el pianista ALEXANDRE KANTOROW con motivo de los treinta años cumplidos por la fundación Scherzo de grandes intérpretes. Que los lectores e queden con este nombre porque ya da y dará muchísimo que hablar entre los más grandes intérpretes d piano. Se Enfrentó a una rapsodia de Brahms, obras de Liszt y de Bela Bartok para terminar con Rachmaninov y Bach. Solo puede escuchar la primera parte del concierto pues por otros motivos me tuve que ausentar y bien que lo siento. Ma pareció asistir a uno de los mejores conciertos de piano escuchados en mi vida. Su técnica es poderosísima y clarísima a la vez sin rubatos en la mano izquierda. Verdaderamente portentoso. Gracias a la organización de scherzo. Todo lo que oí, fue más que un éxito, un rotundo e inmejorable concierto que quedará para la posteridad.