El pasado nueve de octubre se presentó en el Teatro de la Zarzuela de Madrid, la soprano noruega  Lise Davidsen para ofrecernos un recital de lied que quedará en nuestro recuerdo. La artista, de grata presencia, juventud y dotada de una voz poderosa propuso un programa inteligente, infrecuente y adecuado a sus cualidades interpretativas, que son muchas.

  En primer termino, solo fue a lo conocido narrando poemas que puso en solfa el gran Schubert de Goethe, Ruckert y otros autores en los que se desennvolvio con manifiesta soltura, viva dicción y espíritu festivo. Estos iban envueltos en lieder de Eduard Grieg, Alban Berg y Sibelius, absolutamente infrecuentes y desconocidos para mí y por ello entre unos y otros creyó que debía dar alguna explicación, no como justificación sino como aclaración de porque los había seleccionado. Tomo el micrófono dos veces para explicar en fluido y correcto ingles que para empezar estaba encantada de mostrarnos a un músico de su tierra natal ,Grieg, lo que le suponía un orgullo, y después decirnos que si bien era cierto que Alban Berg era el autor de Wozeck también en su juventud supo expresar sus sentimientos de una forma no tan áspera sino que fue capaz de escribir esos lieder en los que se podían escuchar destellos básicos de lo que sería su evolución posterior y que resultaron preciosos en fondo y forma. Por fin relató que escogió a Sibelius por ser finlandés, es decir vecino suyo en el norte de Europa. Vino a decir, resumiendo, que los sentimientos los expresan los pueblos de diferente manera y aunque sean interiorizados de otro modo a como lo hacen los pueblos del sur siempre acaban expresando las verdades que emanan del corazón y que mayormente en ellos esta enterrada la belleza.

   Si a eso se le une una magnífica interpretación, una voz poderosísima, que supo a adelgazar en los momentos más sutiles de los poemas, su claridad en el fraseo y sus dotes de artista la coronan ya como una de las revelaciones del momento. Nada más empezar me recordó las voces femeninas de las óperas de Wagner y me vi transportado a los tiempos en que Birgit  Nilson o Waltraud Meyer paseaban a Wagner por los escenarios de medio mundo imbatibles hasta que los años las retiraron. Es muy joven todavía y si no se malea con repertorios inadecuados dará al público amante del lied muchas noches de gloria como la del otro día. El 7 del próximo enero canta en el teatro Real. No se lo pierda el que no haya asistido a esta lección de canto y optimismo para el futuro.