Ya está a disposición del público la próxima temporada del coliseo madrileño que está llena de acontecimientos, (mejor diríamos plagada) que dejan perplejo al amante de la ópera y los abonados meditan sobre si dejar su plaza o bucear entre las propuestas. Estas son múltiples y variadas. En general y a priori supone un esfuerzo para rentabilizar el teatro nunca visto hasta ahora, o que sin duda es de aplaudir pero hay que lograrlo sin llegar a empachar. Vamos a pasar sin dilación a realizar un examen somero de la impresión que nos merece.
Empezando por la actividad adicional del teatro la `programación de ballet se limita a pocas funciones de la compañía de ballet de Ginebra, del Ballet nacional de España y del Staaatballet de Múnich, que representara la Bayadera con música de Minkus que es lo único a destacar. En cuanto a los recitales de voz descuella la de Franco Fagioli y la de Sondra Radvanosky la soprano verdiana por excelencia, junto a dos recitales de menor enjundia sin ser en absoluto despreciable, Nadine Sierra y Nina Stemme, veterana del oficio junto a Lise Dividen valor en alza.
Pero lo que más llama la atención es la cantidad de óperas que se van a representar y lo variadas. Comenzare por mencionar que hay tres que se representan fuera del Teatro Real, La Regenta de Maria Luisa Manchado ( estreno absoluto) La Liberazione de Ruggiero de Caccini y la magna obra Pierrot Lunaire de Schoenberg, inicio del atonalismo e hito en su día de la transformación de la música en el siglo XX.
Si vamos a avanzando se programan pero en versión de concierto Medea de Charpentier con unos magníficos intérpretes William Christie y su orquesta les Arts florissants que son una garantía de éxito. Luego para gran asombro, Carmen de Bizet en concierto y en su versión primitiva interpretada por especialistas en música de cámara fenómeno desconocido para mí, tengo que reconocerlo y me deja perplejo. Dido y Eneas por enésima vez aunque el lamento corra a cargo de la maravillosa cantante Joyce DIdonato.La representatione de ánima…de Cavalieri y el retorno de Ulisses de Monteverdi aparecen encargadas a ensambles de especialistas. El Murciélago de Johan Strauss, muy de agradecer, a cargo de Mark Minkowsky y Les musiciennes du Louvre. Luego una ópera polaca, de tinte nacional Halka donde canta Piotr Bekzala. Luego Orlando Paladino de Haydn con Giovanni Antonini e Il Giardino Armonico y La zarzuela Luisa Fernanda pero atención, protagonizada por Elina Garanca. Todas ellas, repito son en versión más menos de concierto y la mayoría se representan un solo día.
En cuanto a las óperas de la temporada en sí sube al escenario en homenaje a Maria Callas, que tantas veces la representó ,siendo de referencia, Medea de Cherubini con dos repartos dirigida por Ivor Bolton con Maria Agresta encabezando el reto. Luego dirigida también por Bolton, el Orlando de Haendel donde destaca el barítono Florian Boesch. El impulso que ciertamente está dando el teatro para fomentar la afición se ve reflejado en la puesta en tablas de Rigoletto de Verdi con el reclamo delas voces maravillosas de Javier Camarena y sobre todo del Barítono Ludovic Tezier (para mi uno de los mejores hoy en día y además canta para su adecuado repertorio). Hasta tres repartos se turnaran para que nadie se quede fuera. Este mismo cometido cumple al final de la temporada Madama Butterfly on dirección de Luissoti y voces tan significadas como Saioa Hernández, Michel Fabiano o Gerardo Bullón en el reparto. Pablo Heras Casado, que parece haberse especializado en Wagner dirigirá Los Maestros Cantores de Núremberg (seguramente los más completo)
Dejo Para el final novedades interesantes pero habrá que aguardar hasta saber el resultado. Subirán a escena lo opera de Reinmann LEAR sobre la obra de Shakespeare con dirección de escena de Calixto Bieito, con lo que está asegurado el posible efecto de sus montajes escandalosos. Tomas Marco estrenara su opera Tenorio, lo que siempre haya que aguardar con expectación, pues obra de autor reconocido español y se cumplen los principios que fundaron la reapertura del teatro. Después van a retomar de las ausencias que provocó la pandemia la interesante opera de Weinberg La Pasajera dirigida nada menos que por Myrga Grazinyte Tila, una de las mejores directoras mujeres del momento, que sabrá que se hace cuando se embarca en el proyecto. Por último tenemos suerte de poder escuchar la voz humana de Poulenc, opera en un acto y la espera de Schoenberg, también en un acto, con las voces únicas de Ermonela Jaho y Malin Bistróm.
En conclusión, temporada peculiar, con luces y sombras en las óperas conocidas y con rarezas que olvidaremos pronto eso sí, después de quitarles su magnífico envoltorio. No habrá teatro que reúna en una temporada la cantidad de celebridades que pisaran el escenario este año. Lo que se me escapa es si darán fruto o serán flor del único día en que se representaron.
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