Varias Ciudades de España han tenido el honor de ser visitadas por la Orquesta filarmónica de Berlin con su titular al frente, Kirill Petrenko lo que no deja de ser un honor a priori. Madrid ha sido una de las afortunadas para un programa doble. Tuve el privilegio de asistir a uno solo de ellos íntegramente dedicado a Mozart: Sinfonía 25, el motete Exultate Jubilate y la Misa de la Coronación. Del concierto se salió con la impresión de haber sido corto y alicorto- La orquesta es un instrumento de primer orden y el director es un fenómeno en el modo de entender la música. Lo demostró en la sinfonía 25 especialmente en el primer tiempo en que pudieron aflorar los matices y la tensión todo el tiempo. El Motete famoso fue muy correctamente cantado por la soprano Louise Alder a la que acompañó la orquesta discretamente sin taparla y dejando que aflorara la voz en la coloratura sin ahogarla ni apremiarla. A continuación, escoltado Petrenko por el orfeón Catalán, que se mostró sensible y esplendido durante toda la misa, cantando de memoria, sin partitura delante, y la citada solista, una contralto, tenor y bajo emprendieron la Misa de la Coronación con acierto destacando maravillosamente el director en ciertos párrafos del credo y el Benedictus, justamente en los que el compositor no se limita a acompañar sino a esbozar melodías de contracanto. Fue una pena que por el sitio donde fueron colocados en el escenario, se les escuchó poco o casi nada a los solistas, demostrando el tenor su preciosa voz y solo cuando la soprano filaba se la podía seguir. Quizás mucha orquesta aunque el director lo cuidó en todo momento. Así ha pasado Petrenko por Madrid. Hubiéramos deseado escucharle en otro repertorio menos contenido. El éxito fue grande pero no denotó excesivo entusiasmo.
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Ha transitado por nuestro teatro de la Zarzuela , casi inadvertidamente, tan callando, el barítono suizo Manuel Walser para dar toda una lección de lied. Programó canciones de Brahms, Ricardo Strauss y Rachmaninoff caracterizadas todas ellas en la tranquilidad sin sobresaltos por lo que brillaron los esplendidos matices que consiguió apoyándose en el fiato. Pudo presumir de mezza voce de bello gusto siguiendo apegado al contenido de los textos en todo momento. Sus interpretaciones de los poemas fueron logradísimas con impecable precisión y estilo. Ha tenido el gran honor de haber estudiado con el impresionante barítono Thomas Quasthoff y eso se percibió en todo momento. Fue todo un éxito y un acierto por parte del teatro de la zarzuela que obligó al cantante y a su pianista acompañante a dar dos canciones de propina a cual mejor, pues no cesaban nunca los cálidos y merecidísimos aplausos de un público gratamente sorprendido.
Para finalizar por hoy. También ha llegado a Madrid el veterano director holandés especialista en música Barroca Ton Koopman, para dirigir a nuestro coro y orquesta nacionales de España en un programa de su cuerda: la sinfonía inacabada de Schubert y una Cantata profana de Juan Sebastián Bach. Les precedió una página menor de Jan Rebel, discípulo de Lully en la corte de Luis XIV de Francia para ir creando ambiente. Después de una traducción de cámara de la inacabada, (quiero decir obtenida cameristicamente) entró en su materia en la que es especialista es decir en Bach y consiguió un magnífico resultado gracias al buen cesto que elaboro con el coro reducido de la Nacional , muy buenas intervenciones de la orquesta que lo acompaño mas que dignamente y unos inmejorables solistas, todos de países Bajos con voces increíbles y perfecto estilo que nos dejaron con la boca abierta. Éxito rotundo de lo bueno cuando se deja en mano de especialistas.
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